Una nueva campaña de excavación, que se ha desarrollado en Santiago
Chazumba (Oaxaca, México), codirigida por el IPHES (Institut Català de
Paleoecologia Humana i Evolució Social) y el INAH (Instituto Nacional de
Antropología e Historia) ha puesto al descubierto restos óseos de un animal
extinto que vivió en ese lugar a finales del Pleistoceno, con una cronología estimada
de entre hace 20.000 y 30.000 años antes del presente.
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Diente de eremoterio hallazo en Chazumba - IPHES |
Concretamente,
se han recuperado tres escudos o placas óseas que cubrían el cuerpo de un Pampatherium
mexicanum, emparentado con los armadillos actuales. Es la primera vez que
aparecen en este yacimiento fósiles de esta especie originaria de la pampa.
Además, se han obtenido restos de gliptodonte, milodonte, gonfoterio y Eremotherium (perezoso gigante). Este último
es otro mamífero extinto; tendría unos 3 m de altura y un peso de 1,4 toneladas.
Además, se hallaron restos de cérvidos, liebres, serpientes, tortugas, anfibios, roedores y
aves.
Por lo que se refiere al Pampatherium mexicanum, conocido también como la “bestia de la
Pampa”, tendría un peso en torno a los
300 kilos. “Su presencia en el nivel VI de Chazumba II nos indica que el
paisaje correspondía a un bosque tropical caducifolio”, observa Ramon Viñas,
investigador del IPHES. “Sin embargo, la existencia también del ratón meteorito
y la tortuga del desierto avalan un ecosistema cercano más seco, con
pastizales, sabanas, matorral xerófilo y un bosque templado, lo cual indica que
habría varios tipos de paleoambientes.
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Excavación en Chazumba, México - IPHES |
Cabe
recordar que en el yacimiento de Chazumba II, en una campaña anterior, se
identificaron unas enormes defensas de un gonfoterio (un ancestro de los
elefantes también extinto) que se rescataron el año pasado y en cuya tarea de
campo participó el director del IPHES, ahora en funciones, el arqueólogo Eudald
Carbonell.
De otro lado, en ambos depósitos, Chazumba I y II, así como en el arroyo
que corre por la Barranca del Muerto, en
el cual se localiza el yacimiento, se
encontraron también diversos instrumentos de industria lítica, aunque se
requiere de un estudio detallado para confirmarlo, sobre todo por las
implicaciones que su presencia asociada a estos animales extintos pudieran
tener.
Este
año, además de la excavación desarrollada en Chazumba II, se intervino también
en Chazumba I, descubriéndose en este último yacimiento dos dientes
pertenecientes a un perezoso terrestre, Eremotherium
laurillardi, así como restos de cérvido y un gran cuerpo vertebral quizás
del mismo perezoso. Por el momento, se
han hallado algunos elementos líticos poco significativos. En cambio, se localizaron
en las laderas, y fuera de contexto estratigráfico, varios objetos tallados
como núcleos, lascas y raspadores que demuestran la presencia de elementos
antrópicos en la zona.
Coincidiendo
con esta campaña de excavación, se impartió una conferencia magistral en la
plaza del pueblo referente a las investigaciones realizadas en el yacimiento de
Chazumba por los directores de la excavación.
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Equipo de excavación - IPHES |
De
otro lado, el grupo de científicos fue recibido por el alcalde de Santiago de
Chazumba, Edmundo Pacheco Rivera, quien confirmó el interés de la comunidad por la creación de un museo comunitario, es decir,
un recinto que va más allá de albergar objetos del pasado, para invitar a los
miembros de la localidad a ser generadores de cultura, participando en el
proceso de creación de dicha infraestructura.
Estas
actividades forman parte del proyecto de cooperación internacional
“Biodiversidad y Sociedades Cazadoras Recolectoras del Cuaternario de México”,
que codirigen Ramón Viñas y Joaquín Arroyo (paleontólogo del INAH). Se trata de la quinta temporada de
excavaciones arqueopaleontológicas en la Barranca del Muerto. Además de los científicos mencionados,
participan el Dr. Vïctor Adrián Pérez-Crespo, especialista en estudios de
isótopos estables, y la arqueóloga Irán I. Rivera, palinóloga de la ENAH
(Escuela Nacional de Antropología e Historia), así como varios estudiantes de
dicho centro y otros especialistas del INAH y de la UNAM (Universidad Nacional
Autónoma de México). El objetivo es el
conocimiento de las primeras sociedades humanas que habitaron la región y su
relación con el entorno medioambiental, en particular con los animales.
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