lunes, 15 de julio de 2013

Buenos Aires acoge la exposición ‘Haciéndonos Humanos’ sobre los principales descubrimientos de los yacimientos de Atapuerca


  • Se puede ver hasta noviembre en el macro complejo Tecnópolis y la entrada es gratuita
  • Se organizan visitas didácticas para el colectivo de castellanos y leoneses que viven en Argentina
  • La presidenta de este país, Cristina Kirchner, inauguró la muestra

Representación de cómo caían los cuerpos sin vida a la Sima de los Huesos, considerado un lugar de enterramiento, en Atapuerca - Cedida MEH
Buenos Aires (Argentina) acoge la exposición ‘Haciéndonos Humanos’, en el macro complejo Tecnópolis, con el fin de mostrar los principales descubrimientos de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca e información sobre el Museo de la Evolución Humana (MEH). Esto tiene lugar en el complejo científico y tecnológico ‘Tecnópolis’ y la inauguración fue a cargo de la presidenta argentina, Cristina Kirchner, quien acudió acompañada por los principales mandatarios del país, el sábado 6 de julio. Se podrá visitar hasta noviembre.
‘Haciéndonos humanos’ es uno de los parques temáticos en que se divide la muestra, y ha sido promovida por el MEH, la Fundación Atapuerca y la Universidadde Burgos (UBU), junto a la Fundación Azara de Argentina y el Ministerio de Ciencia,Tecnología e Innovación productiva de este país.  
Esta es la primera escenografía que se observa al entrar a la muestra - Cedida MEH
En la exposición, que ocupa un edificio de 500 metros cuadrados, se explican los principales descubrimientos de la Sierra de Atapuerca, efectuando un recorrdio desde las primeras especies de homínidos hasta la concreción de la única especie actual, Homo sapiens, con lo cual se repasa la evolución de más de cuatro millones de años. En diversos paneles explicativos también se facilita información sobre el Museo de la Evolución Humana, ubicado en la ciudad de Burgos (España).
‘Haciéndonos humanos’ cuenta con varias reproducciones de fósiles de Atapuerca y se ofrecen audiovisuales explicativos sobre los mismos. Están presentes los hitos más importantes de la evolución: bipedismo, construcción de los primeros artefactos, salida del continente africano y dispersión por otros continentes, descubrimiento y manejo del fuego, noción de la muerte y la comunidad, la aparición del simbolismo o la constitución del lenguaje oral. Así, se establece un recorrido apasionante de la mano de distintas disciplinas como la Paleontología, la Arqueología, la Neurobiología y la Biología Humana.
Galeria de la evolución humana - Cedida MEH
La exposición explica que muchas de las cualidades de nuestra especie provienen de estas grandes transformaciones: locomoción, alimentación, organización, adaptación al medio  o el lenguaje. Además, aporta otros recursos como reconstrucciones, vitrinas, textos e imágenes para mostrar los principales descubrimientos de la humanidad como la aparición de herramientas o el fuego.
Esta muestra se encuentra dentro de la estrategia de internacionalización de la riqueza y la importancia de los Yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca y del Museo de la Evolución Humana, como medio para dar a conocer Burgos y Castilla y León. Asimismo, se están organizando visitas didácticas a ‘Haciéndonos humanos’ para el colectivo de castellanos y leoneses que viven en Argentina.

viernes, 3 de mayo de 2013

“Atapuerca es muy estimulante, ya que te obliga a pensar en problemas ligados a los orígenes del pensamiento complejo o a las estrategias de obtención de recursos”



Así lo afirma Boris Santander, arqueólogo chileno que realiza el doctorado en Cuaternario y Prehistoria en el IPHES, en Tarragona, donde ya estuvo para su tesis de máster
Destaca la metodología que se utiliza, los sistemas informáticos de registro y la interacción entre profesionales de distintas disciplinas 
Boris Santander en las instalaciones del IPHES, en el campus Sescelades de la URV - Jordi Mestre/IPHES
 Mi nombre es Boris Santander Pizarro, tengo 28 años y soy arqueólogo; me formé en la Universidad de Chile. En el 2008 gané una beca para estudiar el Master Erasmus Mundus en Cuaternario y Prehistoria en Portugal, que imparten conjuntamente la Universidad de Tras-os-Montes e Alto Douro y el Instituto Politécnico de Tomar (socios de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona en el mismo máster). Como tenía que hacer movilidad en alguna de las universidades socias del master y ya conocía, por los vínculos con la Universidad de Chile -a través de colegas como Donald Jackson o Eugenio Aspillaga, miembros de la RED Orígenesdel IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social)-, el trabajo que hacían los investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y de dicho centro, en Tarragona, mi decisión fue clara. 
Con el embajador de Chile en España, Sergio Romero, en Atapuerca el verano de 2012 - IPHES
Así pues, en esta ciudad realicé mi movilidad, y una vez defendida mi tesina, que trata sobre huellas de uso en artefactos de hueso de un yacimiento Formativo Temprano (de hace entre 4.500-2.000 años antes del presente), en el norte de Chile, volví a mi país con muchas más preguntas acerca, no sólo de los artefactos del yacimiento analizado, sino también sobre el conjunto óseo en general de esa zona del desierto de Atacama. 
En el desierto de Atacama, en Chile, donde centra su tesis doctoral - IPHES
 De este modo, mientras trabajaba como docente en la Universidad de Chile, opté a una beca del gobierno chileno para volver a Tarragona,  que afortunadamente gané, y esta vez para cursar el doctorado en Cuaternario y Prehistoria, bajo la dirección de Isabel Cáceres, investigadora del IPHES. Mi estudio se centra en un yacimiento del Desierto de Atacama, abordando problemáticas relacionadas con la tafonomía de los restos óseos hallados en este lugar, es decir, el conjunto de procesos que afectan a los huesos desde que los animales mueren hasta que son recuperados por los arqueólogos, muchísimos años después. 
Aprovechando mi estancia en el IPHES, el verano pasado participé en las excavaciones de la Sierra deAtapuerca, concretamente en el yacimiento de Galería, ubicado en la zona conocida como Trinchera del Ferrocarril, y ha sido una experiencia tremendamente interesante. 
Con la investigadora del IPHES, Isabel Cáceres, que le dirige la tesis, en una sesión de microscopia - Jordi Mestre/IPHES
 Hay varios aspectos que me han llamado poderosamente la atención del sistema de trabajo. En primer lugar, una metodología de registro y de excavación muy acuciosa, y que resuelve muchos de los problemas a los que los arqueólogos nos enfrentamos una vez que los materiales se encuentran en nuestros laboratorios. Trabajar con sistemas informáticos estandarizados de registro es un gran avance para la gestión de una información tan frágil como es la de los contextos arqueológicos y que estoy seguro, tarde o temprano se va a expandir entre equipos de investigación del mundo entero.
Las cronologías
En segundo lugar, es notoria la interacción entre equipos de investigadores de diferentes especialidades confluyendo hacia el estudio de la prehistoria en Atapuerca profesionales provenientes de la Arqueología, Biología, Conservación y Geología, entre otras disciplinas. Esto demuestra que la inter y la transdiscilinariedad en la ciencia es una realidad posible y fructífera.
Por último, y a título más bien personal, es una experiencia tremendamente gratificante excavar en yacimientos con cronologías muchísimo más allá de los límites a los que estoy acostumbrado. Hemos de pensar que en América, la datación fiable más antigua ronda los 14.500 años antes del presente. Por ello Atapuerca es enormemente estimulante, ya que te obliga a pensar en problemas de otra índole, ligados a los orígenes del pensamiento complejo o de estrategias de obtención de recursos muy diferentes a las que me había enfrentado hasta ahora.

viernes, 8 de marzo de 2013

Una excavación internacional en Chazumba aporta nuevos datos sobre las primeras poblaciones humanas mexicanas de hace 25.000 años


  • Se han puesto al descubierto dos defensas completas de gonfoterio, una especie emparentada lejanamente con el elefante actual de hace más de 10.000 años.
  • En aquella época hacia menos frío que ahora y el paisaje seria más tropical
 Las defensas de gogonterio descubiertas miden sobre 1,8 metros - INAH
Avanzar en el conocimiento de las primeras poblaciones mexicanas ha sido el objetivo de la cuarta campaña de excavación que ha llevado a cabo un equipo internacional integrado fundamentalmente por personal investigador de México y de Cataluña (España) durante todo el mes de febrero y los primeros días de marzo. Los trabajos se han desarrollado en el yacimiento arqueopaleontológico de Barranca del Muerto, en Santiago Chazumba, Oaxaca (México) y, entre otras cosas, ha permitido obtener restos de algunas especies de fauna de aproximadamente 25.000 años antes del presente que aún no se habían documentado en este lugar.
Equipo que ha participado en las excavaciones de Chazumba esta campaña - INAH
Entre los restos de animales nuevos descubiertos sobresalen el mencionado gonfoterio perteneciente al género Cuvieronius, así como el perezoso terrestre Eremotherium laurillardi, el milodonte Paramylodon harlani, el gliptodonte Glyptotherium sp., el venado Odocoileus sp., la rata montera Neotoma sp., el ratón metorito Microtus cf. mexicanus, el conejo Sylvilagus, dos tortugas de los géneros Kinosternon y Gopherus, así como restos de anfibios y aves aún no determinados.  
“La presencia de esta fauna indica que hace 25.000 años el paisaje era distinto al actual pues entonces pudieron existir fuentes permanentes de agua, un clima menos frío y una vegetación distinta, más semejante a bosques que pudieron ir de templados (coníferas) a tropicales”, explica Joaquin Arroyo, investigador del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).
Eudald Carbonell (izquierda) y Ramon Viñas, investigadores de l'IPHES, excavando en Chazumba en febrero - INAH
Además se han recuperado dos defensas completas de un gonfoterio del género Cuvieronius, una especie emparentada lejanamente con los elefantes actuales. “Miden aproximadamente 1,80 m y están en condiciones de conservación regulares  que los movimientos del suelo con el tiempo les han causado fracturas de mayor o menor tamaño”, apunta Joaquin Arroyo.  Este animal ya había sido registrado en temporadas anteriores tanto en el depósito en Chazumba II que corresponde al sitio del hallazgo de las defensas como en Chazumba I que fue donde se iniciaron las excavaciones.
Estos trabajos arqueopaleontológicos forman parte del proyecto de investigación “Biodiversidady Sociedades Cazadoras Recolectoras del Cuaternario de México” y se han efectuado bajo la codirección de Ramón Viñas, investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana y Evolució Social) y Joaquín Arroyo.
El equipo en acción, en uno de los niveles del yacimiento de Chazumba - INAH
La campaña contó con la participación de Eudald Carbonell, director del IPHES que estos días esta de gira impartiendo varias conferencias por aquel país, miembros de la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia), como Irán Rivera, palinóloga y también codirectora del proyecto específico en Chazumba, así como Alejandro Terrazas y Martha Benavente de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), además de estudiantes de arqueología y biología.  
 Eudald Carbonell presentando la conferencia de Ramon Viñas (centrado en el centro), en Ciudad de México este mes - INAH
Coincidiendo con la excavación se efectuaron diversas acciones de socialización, como algunas charlas para dar a conocer el proyecto, que tiene sus orígenes en 2007 con el fin de conocer el origen y las características de las primeras poblaciones humanas mexicanas y su contexto paleoambiental, en sus etapas más tempranas, que podrían situarse en una cronología al entorno de 20.000-25.000 años si llegan a corroborarse algunas observaciones en hueso y minerales de posibles modificaciones antrópicas. 

domingo, 3 de marzo de 2013

Eudald Carbonell ofrece varias conferencias en México sobre Atapuerca y la evolución humana


Por su parte, Ramon Viñas, investigador también del IPHES, hablará de arte rupestre
Cartel que anuncia las conferencias
Eudald Carbonell, director del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) se encuentra estos días en México donde impartirá diversas conferencias sobre evolución humana, entre el 6 y el 8 de marzo, en el marco del intercambio académico que este centro de investigación mantiene desde noviembre del 2006 con el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) y la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Por su parte, Ramon Viñas, investigador también del IPHES, hablará de arte rupestre. Estas charlas forman parte del ciclo “De los Primeros Europeos al Arte Rupestre en México”, organizadas por dichas instituciones mexicanas, entre otras.
Eudald Carbonell lleva más de 25 años trabajando en Atapuerca - Jordi Mestre/IPHES
Miércoles 6 de marzo, a las 13 h
El primer europeo: La mandíbula de la Sima del Elefante (Atapuerca), por Eudald Carbonell.
Auditorio Javier Romero (ENAH - Escuela Nacional de Antropología e Historia)
Jueves 7 de marzo, a las 13 h
Comportamiento simbólico y comunicación gráfica: las manifestaciones rupestres Impartida por Ramón Viñas
Auditorio Javier Romero (ENAH - Escuela Nacional de Antropología e Historia)
Viernes 8 de marzo, a las 13 h
El sitio de Atapuerca y sus contribuciones al conocimiento de la evolución humana
Auditorio Carlos Graef, del Conjunto Amoxcalli, Facultad de Ciencias (UNAM)
 Viernes 8 de marzo, 17 horas
Emergencia y socialización de la ciencia, por Eudald Carbonell,
Auditorio Jaime Litvak King, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (UNAM)
Intercambio académico
Ramón Viñas, excavando en México hace unos años, es el principal promotor de los proyectos de colaboración con México
Desde que Carbonell realizó en 2006 un primer viaje científico a México, diversos miembros del INAH y de la UNAM han realizado estancias en el IPHES y se han impulsado proyectos de investigación entre colegas de unos y otros centros para avanzar en el conocimiento sobre los yacimientos del Plestoceno tardío en México, en particular a través del profesor Ramón Viñas, experto del IPHES en aspectos como la pintura rupestre y la mastofauna de estos períodos.
Nuevos hallazgos
Ahora, con el nuevo ciclo de conferencias se pretende “dar a conocer los nuevos hallazgos en los yacimientos de Atapuerca, cuyo proyecto de investigación codirige Eudald Carbonell, así como sus implicaciones para nuestra comprensión de la evolución humana y los paleoambientes, además de reforzar nuestros lazos de investigación temática”, asegura el profesor Eduardo Coronas, investigador del INAH.
 Ramon Viñas, el primero por la izquierda, y a su lado Eudald Carbonell, durante el viaje a México que realizaron en 2006
En esta ocasión, “el interés suscitado por los trabajos del IPHES y por el proyecto Atapuerca, ha favorecido que, además del INAH y de la UNAM, se hallan sumado en la organización del ciclo de conferencias otras instituciones como la Academia de Ciencias Antropológicas, la Asociación Etnobiológica Mexicana, la Red Nacional de Etnoecologia y Patrimonio Biocultural, así como a la Facultad de Ciencias de UNAM, quienes de forma coincidente habían organizado un Simposio Internacional conmemorando el 100 aniversario de la muerte de Alfred Russell Wallace, codescubridor de la teoría evolutiva, y en cuyo marco Carbonell ha sido invitado como conferencista magistral”, ha añadido Eduardo Coronas.
“Nuestra expectativa –prosigue- es que con ello se genere más interés por parte de los estudiantes de biología y antropología, así como de los profesionales en estas áreas en los temas relativos a la evolución humana, cultural y social, además de seguir explorando áreas de interés común en nuestras investigaciones”.

martes, 6 de diciembre de 2011

Participación en un simposio internacional sobre Prehistoria de México


El IPHES aporta su conocimiento sobre las primeras poblaciones humanas de aquel país obtenido junto con sus socios mexicanos
Desde el año 2007, los investigadores Ramon Viñas, arqueólogo del Instituto dePaleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y profesor de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (Cataluña-España), y Joaquín Arroyo, paleontólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de la ciudad de México, desarrollan el proyecto “Biodiversidad y sociedades cazadoras recolectorasdel Cuaternario de México”, con el objetivo de conocer el origen y características de las primeras poblaciones humanas mexicanas. Los resultados obtenidos hasta el momento son motivo de una ponencia que se presentará el próximo 13 de diciembre en el Simposio Internacional el Hombre Temprano en América dedicado a la Prehistoria en México. Un balance de quién hace y qué sehace. Se realiza en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, organizado por un grupo de personal investigador del INAH.
Equipo mexicano-catalán. De pie, el tercero por la derecha, observamos al investigador del IPHES, Ramon Viñas; el quinto es Joaquín Arroyo - IPHES
Este proyecto arqueopaleontológico, financiado, inicialmente, por la AgenciaEspañola de Cooperación Internacional (AECI), en el marco de Ayudas para Proyectos Conjuntos de Investigación, de la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas de España), tiene como finalidad el conocimiento de las sociedades humanas y su contexto paleoambiental, en sus etapas más tempranas. 
Pinturas rupestre de Cueva Pintada - IPHES
Sus objetivos muestran dos vertientes: por una parte el estudio arqueopaleontológico con los trabajos de prospección, recogida de materiales de superficie y excavaciones; para este estudio se escogieron los yacimientos de la Barranca del Muerto (Santiago Chazumba, Oaxaca) y el área del Desierto Central (Mulegé, Baja California Sur), y por otra parte, la investigación de los conjuntos de manifestaciones rupestres del área Norte, con los trabajos de registro, documentación y toma de micromuestras de soportes y pinturas para análisis de sus componentes y dataciones C14 AMS; para estos trabajos se seleccionó la zona de Cucurpe (Sonora) y se contó con la participación del arqueólogo Cesar A. Quijada del Centro INAH de Hermosillo, y la Cueva Pintada en la sierra de San Francisco (Mulegé, Baja California Sur).    
Excavaciones en Barrana el Muerto, en Santiago Chazumba, Oaxaca, México - IPHES
Trabajos realizados
A) Investigación arqueopaleontológica
- Barranca del Muerto, Santiago Chazumba, Sonora
 Tres campañas de excavación (2007-2010) con restos de megafauna del Pleistoceno y  presencia de industria lítica posiblemente asociada.
- Desierto Central, Mulegé, Baja California Sur.
  Primera campaña (2008) con prospección y recolecta de materiales de superficie (periodo Arcaico y Prehistórico Tardío) y trabajos de topografía en la zona a excavar.
B) Investigación sobre los conjuntos de manifestaciones rupestres
-           Cueva Blanca de la Pulsera o de los Figurines, Cucurpe, Sonora (campaña 2010)
-           Cueva del Arco, Cucurpe, Sonora (campaña 2010).
-           Cueva Pintada, Mulegé, Baja California Sur (campaña 2008).   

viernes, 5 de agosto de 2011

La gran migración humana (1)


Para saber más sobre el libro

Os ofrecemos unos primeros fragmentos del libro La gran migración humana, escrito por Jordi Agustí, investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), con ilustraciones de Mauricio Antón, publicado por la Editorial Crítica, con el fin de establecer con vosotros un debate sobre este fenómeno que acompañó a la humanidad desde sus orígenes.

Fragmentos extraídos del prólogo

Si hay alguna característica que defina al ser humano, ésa es nuestra capacidad para invadir y colonizar nuevos ambientes. En otras palabras, nuestra capacidad para migrar. Esta capacidad de dispersión y movilidad queda hoy perfectamente reflejada en los continuos flujos migratorios que, a veces de manera dramática, se suceden en nuestros días. Pero, en realidad, ello fue ya así desde un principio. Hace unos 7 millones de años se originó en África el primer homínido bípedo.

Algo después, hace unos 4 millones de años, estos lejanos antepasados se dispersaron por casi toda África, superando con creces el limitado rango de distribución que hoy ostentan sus parientes más cercanos, gorilas y chimpancés. Y llegó el momento, hace unos 2 millones de años, en que los descendientes de aquellos homínidos se aventuraron por primera vez fuera del continente africano. Ésta fue la primera gran migración de la historia de nuestro linaje.

(…) Ahora bien, hay algo que diferencia los actuales flujos migratorios y los que protagonizaron aquellos arcaicos homínidos. Así, mientras que en la actualidad y en los tiempos históricos recientes estos flujos fueron movimientos conscientemente asumidos, éste no fue el caso de nuestros antepasados más lejanos. Las migraciones de aquellos homínidos fueron dispersiones pasivas motivadas por los cambios que se producían en su entorno, más que migraciones conscientes, voluntariamente aceptadas y decididas. En efecto, las sucesivas migraciones desde África no se produjeron en el vacío sino al hilo de los cambios climáticos y ambientales que se han sucedido desde entonces en nuestro planeta. Es por ello que hemos prestado especial atención al contexto ecológico que acompañó la evolución de aquellos homínidos dentro y fuera de África.

La obra constituye un recorrido a través de los cambios ambientales y los movimientos migratorios que han afectado a la evolución de los homínidos en los últimos 20 millones de años, aunque fijándonos con especial atención en los últimos dos millones de años, cuando el género Homo inicia su primera salida fuera de África y comienza su expansión por Europa y Asia. En este y en otros aspectos, la investigación paleontológica y arqueológica ha proporcionado y sigue proporcionando continuos avances y, por qué no decirlo, sorpresas. Y hay que afirmar con cierto orgullo que hoy nuestro país ocupa una posición preeminente en estas investigaciones. Evidentemente, en ello ha influido el hecho de contar con cierto número de yacimientos excepcionales, como son los de la Sierra de Atapuerca, en Burgos, los de la cuenca Guadix-Baza en Granada o los yacimientos con antropomorfos de la cuenca del Vallès-Penedès en Cataluña.